En febrero de este año, el presidente regional Tito Chocano terminó abruptamente con el proceso de diálogo que se había iniciado con la intervención de las empresas mineras Southern, Newmont y Minsur, así como de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
La autoridad regional dijo que dialogaría directamente con la empresa Southern sin necesidad de la intermediación de la PCM. Pasaron seis meses y Chocano jamás convocó a la empresa productora de cobre.
Para el representante de la Defensoría del Pueblo en Tacna, Edward Vargas Valderrama, la actitud tomada por la primera autoridad de la región no fue la más coherente y se debió continuar con el diálogo sin perder más tiempo.
Todo empezó en octubre del año pasado, cuando las autoridades y la población de la provincia de Candarave se opusieron al proyecto de ampliación de la planta de Southern en el sector de Toquepala.
La empresa dijo que no utilizará ni una gota más de agua de la que ya tiene autorizada, pero las autoridades de Candarave y el propio presidente regional salieron con otra propuesta: que Southern devuelva los 1,950 litros por segundo que utiliza en todas sus operaciones.
Este punto fue uno de los que provocó mayor entrampamiento. La minera no está dispuesta a renunciar a sus derechos de agua que adquirió en décadas pasadas.
Mientras en Tacna la Mesa de Diálogo se caía a pedazos, en la vecina región Moquegua, sus autoridades y la empresa Anglo American, que desarrollará el proyecto Quellaveco, llegaban a un acuerdo sin precedentes en esta parte del país: el aporte de la empresa de mil millones de soles para proyectos de desarrollo de Moquegua.
Segundo intento
A mediados de julio, los alcaldes provinciales de Tacna decidieron convocar a una segunda Mesa de Diálogo con las empresas mineras y PCM. El presidente regional se negó a participar.
Se volvió a convocar a Southern, Newmont y Minsur, pero solo acudió Southern. Newmont ya no lleva adelante las exploraciones en Tarata y Minsur dijo que la invitación le llegó demasiado tarde. La nueva Mesa de Diálogo empezó coja.
Lo peor llegó después, ya que la instalación oficial de ese nuevo espacio de diálogo se programó para el 10 de agosto y se esperaba que llegue el presidente del Consejo de Ministros o por lo menos el jefe de la nueva Oficina de Diálogo Nacional, Vladimiro Huaroc.
No llegó nadie, excepto Pastor Paredes, un asesor de la PCM, quien justificó la ausencia de las autoridades del Ejecutivo indicando que el nuevo Premier está “replanteando la estrategia para abordar la conflictividad en el país”. Ahora Tacna está en compás de espera. Ojalá que el diálogo no le siga siendo esquivo.
