Brillante exhibición de piezas prehispánicas del Perú deslumbra en la capital sueca.En una caverna debajo del Museo del Lejano Oriente en la lejana Estocolmo, 284 piezas del acervo arqueológico peruano reciben a media luz al asombrado público sueco. Desde el pasado 9 de setiembre, la exposición titulada “Inca-Tesoros de Oro en las Cavernas de Skeppsholmen”, ha conquistado esta novedosa sala de exhibición relevando al celebradísimo ejército de terracota chino que congregara allí a legiones de visitantes hasta enero pasado.
Guerreros precolombinos y fieros rostros de seres antropomorfos pueblan ahora ese espacio con una muestra que antes ya se presentara de manera exitosa en París y en Brescia, Italia, gracias al trabajo de la historiadora Paloma Carcedo, actual directora general de Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura del Perú.
Vida diaria, celebraciones y las diversas formas de confrontar a la muerte son algunos de los aspectos que han guiado este montaje cuyo costo de realización se calcula en 15 millones de dólares. Así, en medio de las paredes de roca viva, el público puede apreciar el legado precolombino en el que destacan el trabajo en metal, los textiles, y piezas de madera y piedra, tanto del periodo incaico como de otras culturas como Sicán, Moche, Cupisnique y Chancay.La exposición llega con contundente catálogo.
Según Carcedo, especialista en metales antiguos, quien empezó a trabajar en el proyecto en el 2010, “la intención de esta exhibición es hacer que el espectador olvide por un instante el mundo que lo rodea y permitir que su mente viaje, como en un viaje cósmico o chamánico, a un mundo mágico que despierta las más profundas sensaciones de admiración, asombro y miedo que todos nosotros tenemos en algún rincón de nuestras almas por culturas antiguas”.
Allí, también, el público puede apreciar la respetuosa relación que los antiguos habitantes del Perú tuvieron con la naturaleza, la que era “tratada como un ser viviente, respetada y honrada, a la que se le hablaba y agradecía por sus regalos en todo momento”. Es, pues, una muestra que ayuda a recordar de lo que nuestros ancestros eran capaces, “para entender nuestra propia identidad”.
Cabe destacar que aunque todo lo relacionado a la exhibición, incluido el catálogo, estuviera ya listo en mayo de este año, Carcedo debió renunciar a su calidad de curadora de la exposición luego de que fuera nombrada en su cargo del Ministerio de Cultura en agosto pasado. Los últimos detalles de la curaduría, entonces, pasaron a manos de la arqueóloga Patricia Arana, investigadora del Museo Oro del Perú. La exposición, sin embargo, no ha estado exenta de polémica, pues fue aprobada durante la gestión de Juan Ossio a pesar de estar pendiente la devolución de más de cien mantos Paracas que permanecen ilegalmente en el Museo de Gotemburgo, al sur de Suecia, a lo que se espera pronta solución.
FUENTE (Caretas)
