Lejos de abogar por un clima de paz y solución pacífica, los dirigentes de la provincia cusqueña de Espinar encendieron los ánimos de la población que atacó durante tres días a la policía que custodia la zona, dejando como saldo 40 efectivos mal heridos.
Según relató ayer el coronel PNP Gastón Rodríguez, jefe de la Región Policial del Cusco, el saldo de los ataques entre miércoles y sábado dejó nueve heridos de gravedad, entre ellos al comandante Jaime Boza Troncoso, jefe policial provincial de Espinar, quien resultó con un traumatismo encefalocraneano.
El más duro ataque a los miembros del orden se produjo hace tres días cuando los pobladores, frustrados por no poder ingresar a la mina Tintaya, descargaron su ira con el contingente policial de la comisaría de Espinar.
"Casi 1500 pobladores se encontraron con 30 policías de la Unidad de Servicios Especiales de Puno, que prestaron apoyo. Los rodearon en las inmediaciones del pueblo a casi dos cuadras de la comisaría de Espinar.
Los agresores utilizaron piedras y palos", sostuvo Rodríguez. Otros 31 efectivos más resultaron con contusiones en todo el cuerpo.
INTERESES. De otro lado, Guillermo Shinno, viceministro de Minas, lamentó que las protestas contra la minera Xtrata Tintaya sean movidas más por intereses políticos que sociales. "Detrás de estos reclamos existen intereses políticos de pequeños grupos. Con ellos acordamos que una comisión se acercara para establecer la agenda de trabajo, pero ellos plantean cosas adicionales, quieren que vaya el Primer Ministro y que la minera suspenda sus actividades", contó.
En tanto, Víctor Caballero, jefe de la unidad de conflicto de la PCM, tras su visita a Espinar, dijo que tras el sétimo día de protestas en dicha localidad se vive allí una situación bastante tensa.
