“Longview” y “Going to Pasalacqua” son dos canciones de Green Day que quedarán por siempre en el recuerdo de dos peruanos, que vivieron el concierto en el estadio San Marcos como ninguno de los asistentes.Dichos compatriotas lograron con estos temas subir al escenario y cantar, el primero, y tocar la guitarra junto a los californianos, el segundo, en ambas canciones, ganándose el corazón de unos sorprendidos músicos.
Antes de “Longview”, el guitarrista Billie Joe Armstrong hizo un llamado para encontrar un cantante en el público y logró que uno de los seguidores de primera fila cantara esta canción, editada en su disco más exitoso, el Dookie.
A la pregunta, “¿te sabes la canción?”, el peruano cantó la canción completa y logró juntarse con cada uno de los integrantes y lo músicos de apoyo, caminando por el escenario y pidiendo que el público lo acompañe.
Al finalizar, el cantante le dijo. “You do it” (lo hiciste), tras lo cual, se quitó la guitarra y se la regaló, provocando los aplausos y gritos de quienes vieron dicha escena.
Si bien esta interacción con el público, al momento de tocar “Longview”, fue repetida en la actual gira sudamericana, lo que ocurrió con “Going to Pasalacqua”, sorprendió a todos.
Antes de iniciar este tema, Armstrong se dirigió a otra persona de la primera fila para preguntarles si conocía la canción. “¿La puedes tocar?”, se logró escuchar por los parlantes, para luego para luego repreguntar: “¿lo juras?”.
Tras recibir el visto bueno del cantante, el joven subió al escenario y recibió su guitarra, para tocar con inusual fuerza, estilo y dominio del escenario, que provocó los aplausos de los propios Green Day.
Luego de recibir un abrazo, el cantante pidió al joven que se tirara hacia el público, como si de una piscina se tratara, lo que finalmente sucedió, luego de abrazar al cantante.
Otros tres asistentes lograron subir al escenario, una de las cuales era mujer, que, además de sacarse fotos con Billie Joe Armstrong, recibió un beso en la boca.
El primero en subir recibió una bandera peruana que antes había desplegado el cantante, mientras que el segundo, un niño, subió al escenario para participar en una escena de “hipnotismo”, en la que el Armstrong sostiene la cabeza y en un momento empuja al niño para que este caiga, mientras aparecían bombardas y salía fuego del escenario.
(FIN) JCC/RES
