La "Princesa del Pop" parece atravesar otro mal momento, pues demuestra un raro e incómodo comportamiento en cualquier lugar. Sus más allegados temen que recaiga en una crisis peor a la que sufrió hace más de tres años.
En los últimos dos años, Britney Spears demostró haber dejado atrás los escándalos y las noches de fiestas, para dedicarse mejor a sus hijos y poder retomar su carrera profesional.
La cantante incluso pudo comenzar un nuevo noviazgo, esta vez con su manager, Jason Trawick, a quien finalmente dejó por una supuesta infidelidad.
Sin embargo, ahora trascendió que fue Trawick quien terminó la relación sentimental con Britney y no por una infidelidad, sino por el extraño comportamiento de la cantante.
Según informa la revista Now, fuentes cercanas a la pareja aseguran que "Britney está atravesando etapas maníacas en las que su comportamiento está fuera de control".
Fruto de esta conducta, la cantante ha llegado a "subirse encima de la mesa y ponerse a bailar o contar detalles íntimos de su pareja a cualquiera que acabe de conocer".
Jason, aparte de lidiar con estas situaciones, se ve obligado a ser más cauteloso a la hora de hablar con sus amigas, pues los celos de Britney se disparan a la mínima sospecha.
"No puede soportar que Jason hable con otras chicas o las mire. Incluso le vigila el correo electrónico y quién le llama al móvil."
El asunto ha llegado a tal punto que la cantante a veces necesita incluso ayuda para conciliar el sueño: "Es muy paranoica y no puede dormir, así que a veces le pide a alguien que venga a su casa por la noche y se quede con ella hasta que se duerme."
Los más cercanos a la "Princesa del Pop" temen que nadie ponga freno a esta mala racha y finalmente desemboque en una situación similar a la de hace algunos años, con una Britney incapaz de hacerse cargo de su vida ni de la de sus hijos.