Un terremoto de 6,8 grados de magnitud en la escala abierta de Richter se produjo en el archipiélago de Okinawa, en el extremo sur de Japón, y se activó la alerta de tsunami en la zona, informó la Agencia Meteorológica de Japón.
El seísmo se produjo a las 9.06 hora local (01.06 GMT) y tuvo su epicentro en el lecho marino cercano de la isla Ishigaki (Okinawa), a una profundidad de 10 kilómetros bajo el mar, cerca de la costa este de Taiwan.
No se ha informado de daños, aunque sí de olas provocadas por un tsunami en las islas de Miyako y Yaeyama, situadas también en el archipiélago de Okinawa.
En la escala japonesa cerrada de 7, que analiza las localidades afectadas por el temblor más que su intensidad, alcanzó un valor de 3 puntos.
Las autoridades niponas han establecido un equipo de trabajo en las oficinas del primer ministro nipón, Taro Aso, para vigilar la situación tras el terremoto y coordinar una respuesta en caso de daños o víctimas.
El pasado martes un seísmo de 6,5 grados se produjo a 23 kilómetros de profundidad en la bahía de Suruga, en la provincia de Shizuoka, en el centro de Japón, y causó una víctima mortal y más de 120 heridos, además de problemas en el tráfico y el cierre de dos reactores nucleares.
En Japón los edificios están construidos para soportar fuertes movimientos sísmicos debido a la frecuencia con que se producen, pues el país se encuentra en la confluencia de varias fallas
El seísmo se produjo a las 9.06 hora local (01.06 GMT) y tuvo su epicentro en el lecho marino cercano de la isla Ishigaki (Okinawa), a una profundidad de 10 kilómetros bajo el mar, cerca de la costa este de Taiwan.
No se ha informado de daños, aunque sí de olas provocadas por un tsunami en las islas de Miyako y Yaeyama, situadas también en el archipiélago de Okinawa.
En la escala japonesa cerrada de 7, que analiza las localidades afectadas por el temblor más que su intensidad, alcanzó un valor de 3 puntos.
Las autoridades niponas han establecido un equipo de trabajo en las oficinas del primer ministro nipón, Taro Aso, para vigilar la situación tras el terremoto y coordinar una respuesta en caso de daños o víctimas.
El pasado martes un seísmo de 6,5 grados se produjo a 23 kilómetros de profundidad en la bahía de Suruga, en la provincia de Shizuoka, en el centro de Japón, y causó una víctima mortal y más de 120 heridos, además de problemas en el tráfico y el cierre de dos reactores nucleares.
En Japón los edificios están construidos para soportar fuertes movimientos sísmicos debido a la frecuencia con que se producen, pues el país se encuentra en la confluencia de varias fallas
