UN POCO DE HISTORIA DEL SEÑOR DE LOS MILAGROS

El Señor de los Milagros, Cristo de Pachacamilla, Cristo Morado, Cristo de las Maravillas , Cristo Moreno o Señor de los Temblores es una imagen de Cristo en la cruz pintada en una pared de adobe ubicada en el Altar Mayor del Santuario de Las Nazarenas de Lima, Perú y venerada por peruanos y extranjeros en el Perú y alrededor del mundo, por quienes es considerada milagrosa. Su procesión es una tradición netamente peruana, considerada como la manifestación religiosa católica periódica más numerosa del mundo. Fue pintada por un esclavo de casta angoleña llamado Pedro Dalcón según Raúl Porras Barrenechea. Se le conoce como Cristo Moreno debido a que, entre sus creyentes, predominaba la gente de color. Podría estar relacionado, según explica la historiadora María Rostworowski, con el culto milenario al dios Pachacámac.

A mediados del siglo XVII, la ciudad de Lima contaba con una población de 35 mil habitantes, cantidad que se iba incrementando con la llegada de miles de variopintos personajes atraídos por las noticias de prosperidad y riqueza. Debido a los traficantes de esclavos, una parte importante de estos inmigrantes venían de la costa atlántica de África occidental, que se clasificaban por castas: Congos, Mandingas, Caravelíes, Mondongos, Mozambiques, Terranovos, Minas y Angolas. Aproximadamente 10,000 de los habitantes de Lima eran negros, la mayoría esclavos, y según Frederick Bowser eran marcados en los brazos, hombro, espalda o en el rostro, según José A.del Busto la marca con la carimba a las mujeres se les hacía en los hombros.

Los Angolas

Los angolas que fueron llevados a la zona de Pachacamilla en 1651, al estar instalados se organizaron de tal forma que construyeron sus toscas cabañas o callejones divididos en habitaciones, también estaban reunidos en cofradías que rendían culto a distintas imágenes o santos. Ya para esto fueron previamente adoctrinados por sus respectivos patrones. Estos actos litúrgicos les recordaba su libertad y cantaban con nostalgia en su lengua nativa, es decir el bantù o el kimbundo, cantaban canciones antiguas de sus tierras natales ya que provenían del África Occidental. También se ocupaban de sus enfermos y se preocupaban de que todos tuvieran un entierro decente, mediante pequeñas cuotas de cofrades.De acuerdo a Jean Pierre Tardieu los esclavos angolas eran el grupo más numeroso entre los esclavos negros, sin embargo no eran muy valorados, es decir estaban entre los esclavos más baratos, pues por lo general se les consideraba pusilánimes, enfermizos y poco propensos a la cristianización.En esto último no está de acuerdo el historiador Armando Nieto quien considera que más bien eran los de más fácil cristianización.Según Jean Pierre Tardieu los jesuitas publicaron en 1629 la traducción al castellano del libro Oraciones publicado en Portugal con oraciones en lengua angola del jesuita lusitano Mateo Cardoso S.J, y el padre General de los jesuitas en Roma Mucio Vitelecchi planteó que el dominio de la lengua angola podía servirles a los jesuitas en Perú como cuarto voto como sacerdotes.Un vocabulario de lengua angola fue confeccionado por el presbítero López de Castilla, S.J, sin embargo los sacerdotes jesuitas doctrinaban a los angolas y otras etnias mediante la llamada "media lengua",una mezcla de varios idiomas africanos usados por los esclavos negros en Perú.Sobresalieron en la doctrina de negros, los jesuitas Gabriel Perlìn y Francisco del Castillo, este último según Tardieu elaboró un devocionario en lengua angola.

Las cofradías de negros

Los negros en el Perú, tanto esclavos como libertos encontraron en la institución de las cofradías una válvula de escape para su condición de opresión.Desde el siglo XVI se instituyen cofradías de negros con aprobación eclesial.Eran agrupaciones de unos cien miembros en promedio que estaban a cargo de un retablo o capilla en las iglesias de Lima, dirigidas por un Mayordomo o Caporal, tenían una junta directiva llamada "los veinticuatro" por el número de personas que lo conformaban.Entre las destacadas están la de la Virgen de la Antigua de la Catedral, la de la Virgen del Rosario de Santo Domingo y de San Antón en San Marcelo.Los locales de la cofradía servían para los bautizos, reuniones y velorios.En ciertos casos daban préstamos para que sus miembros manumitiesen, es decir se hicieran libertos.Anthony de la Cruz en su tesis "Cofradías negras de Lima"(1984) postula que la del Santo Cristo no alcanzó a conformarse formalmente como cofradía, se trataría entonces de una pre-cofradía.Las cofradías de negros participaban todos los años en la Procesión de Corpus Christi que era la más importante de Lima.

La Cofradía de Pachacamilla

Cerca al año 1651, cuando reinaba el papado de Inocencio X, en el Perú, el virrey García Sarmiento de Sotomayor y como arzobispo de Lima, Pedro de Villagómez. Los negros angolas se agremiaron y levantaron el local de su cofradía en la zona de Pachacamilla, en las afueras de Lima. En la sede de la cofradía, o pre-cofradía como postula Antonhy de la Cruz, en una de sus paredes de adobes del galpón, un negro esclavo angoleño, bajo inspiración divina, plasmó la imagen de Cristo crucificado. La imagen fue pintada al temple en una pared tosca, cerca de una acequia de regadío, de un acabado imperfecto, además hay que resaltar que el anónimo pintor no tuvo estudios completos de pintura, y que ejecutó la obra por su propia fe e inquebrantable devoción a Cristo.

El terremoto de 1655

El 13 de noviembre de 1655 a las 02:30 horas, tuvo lugar un terrible terremoto que estremeció Lima y Callao, derrumbándose templos, mansiones y las viviendas más frágiles, ocasionando miles de víctimas mortales y damnificados. El temblor afectó también la zona de Pachacamilla y las viviendas igualmente se derrumbaron. Todas las paredes del local de la cofradía se derrumbaron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de adobe en donde se erguía la imagen de Cristo quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento. La imagen del Señor de los Milagros fue pintada por el esclavo Benito de Angola.

El milagro a Antonio de León

Aproximadamente en 1670, Antonio de León (Raúl Banchero le llama Andrés de León, mientras Ruben Vargas Ugarte, Antonio de León), un vecino prominente de la Parroquia de San Sebastián que padecía de terribles dolores debido a un tumor maligno en el cerebro, fue comunicado por una esclava del Cristo moreno y sus milagros, este al no encontrar solución en médicos y curanderos, acudió a la imagen, quien lo alivio de sus males.

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